¿Qué es el acné?
El acné es una de las enfermedades dermatológicas que más influye en la autoestima de adolescentes, jóvenes y adultos al ser cutánea y presentarse con mayor frecuencia en la cara, luego en la parte superior de los brazos, la espalda y el pecho.
Esta patología afecta las glándulas sebáceas, aquellas encargadas de la lubricación natural del pelo y la protección antimicrobiana. La función del cebo por su parte es transportar las células de piel muertas hasta la superficie de la dermis para posterior eliminación, a la vez que lubrica y protege la superficie de la piel.
El acné activo se da cuando, por diversas razones, hay un aumento del tipo de hormona andrógeno, que hace que las glándulas sebáceas produzcan más sebo del normal y una piel oleosa, eso produce que las células muertas no se desprendan y se obstruya el folículo piloso con la acumulación del sebo y las células muertas.
Como la producción del sebo no se detiene el folículo se ensancha y se aprecia la obstrucción, es entonces un punto blanco en la superficie de la piel. En este ambiente se produce y multiplica la bacteria propionibacterium acnés que libera sustancias inflamatorias y genera la aparición de las imperfecciones cutáneas.
Tratamientos para el acné
El acné como ya se ha dicho, afecta a personas de diferentes edades, con un incremento en los adolescentes. Según estudios cerca del 75% de la población entre 13 y 18 años padecen esta enfermedad cutánea. El acné adolescente, al igual que el acné adulto puede generar además inconformidades de imagen personal.
¿Qué hacer con el acné hormonal o cualquier tipo de acné?
Para el tratamiento de estas imperfecciones se debe acudir a un médico dermatólogo que, dependiendo la gravedad de las lesiones, determinará cuál es el tratamiento adecuado para el paciente. Condiciones como el embarazo, la lactancia, que la persona sea menor de 12 años y mayor de 40, además de si las lesiones afectan no solo la cara sino otras zonas del cuerpo y tiene a expandirse, son factores que inciden en el tipo de tratamiento farmacológico.
Para tratar el acné se puede hacer uso de medicamentos de uso tópico aplicados a la piel, orales o una mezcla de las dos formas, según lo determine el especialista.
En cuanto a medicamentos tópicos, se encuentran los retinoides como el ácido salicílico, ácido glicólico, ácido azelaico y antibióticos como la quindamicina, eritromicina, tetraciclinas y el peróxido de benzoilo. Por otra parte, los medicamentos orales pueden ser isotretinoina, anticonceptivos orales y antibióticos como las tetraciclinas orales. Su uso es para casos con acné alérgico más grave.
Causas del acné
El acné puede ser causado por una excesiva actividad de hormonas del tipo andrógenos, provocando mayor producción de sebo en los folículos pilosos y con eso su obstrucción y posterior inflamación. También puede darse por la presencia de bacterias y la producción excesiva de grasa por factores externos. Encabeza la lista de los factores, que pueden desencadenar o agravar el acné, la dieta.
Estudios indican que una dieta rica en hidratos de carbono como el pan y las papas fritas puede agravar el estado del acné. Respecto al chocolate, una comida que ha sido sujeto de mitos sobre su incidencia en esta enfermedad, aún no se conocen estudios que confirmen que comer chocolate produce acné.
El estrés es también un factor que incide en el empeoramiento de las erupciones cutáneas, así como los ambientes oleosos, algunos medicamentos, la predisposición genética y los cosméticos en los que se usa aceite que puede obstruir los poros, así como la no retiración del maquillaje. También hay razones ambientales que favorecen la aparición de acné, como las regiones tropicales; y ocupacionales como la manipulación o el contacto constante con hidrocarburos o aceites minerales.
Tipos de acné
Una primera clasificación del acné tiene que ver con el tipo de erupciones cutáneas, ya sea en los brazos, la zona facial, el pecho o la espalda. El acné puede aparecer como comedón abierto o punto blanco, comedón cerrado o punto negro, pápula (un pequeño tumor eruptivo que no deja cicatriz), pústula (abultamiento en la piel en forma de bolsa y con pus) y quiste o nódulo (masa abultada y dura sin pus).
El acné puede clasificarse también según su nivel de gravedad. Primero está el preacné o de grado 0, se caracteriza por una piel oleosa, con dilatación de los poros de la frente y las mejillas, y algún comedón.
El acné leve o de grado I es el segundo, es un tipo de acné no inflamatorio en el que se presentan comedones abiertos y/o cerrados.
El acné moderado o de grado II, es un acné inflamatorio con presencia de pápulas y póstulas. Este es un tipo predominante de acné facial.
Cuarto en la lista es el acné grave o de grado III, este tipo de acné severo presenta pápulas y pústulas que se convierten en quistes con edema que provocan a largo plazo cicatrices de acné. Suele presentarse en la zona facial, el torso y la espalda.
Por último, se encuentra un tipo de acné más grave y agresivo, es el acné de nódulo, quiste o de grado IV. Es un acné que evoluciona a nódulos quísticos dejando cicatriz en todos los casos. Se presenta en la cara y el tronco.